Primera Parada: India

Este pequeño fue el primero de la serie de seis pájaros de diferentes procedencias que recién acabo de pintar.


Supongo que la última vez que dibujé un pájaro fue cuando tenía unos diez años. Es apenas lógico que uno parta del punto en que lo dejó ¿verdad?

Sí, me daba vergüenza mostrar esto, pero hoy estoy orgullosa porque no importa de dónde partí, creo que recorrí un camino en el que me divertí y aprendí mucho.


Amo poner marcos a las ilustraciones. Es otra posibilidad de agregar texturas y colores.


¿Y si los marcos se convertían en ventanas? Ventanas desde las que poder asomarse y ver a los pájaros, vestidos de fiesta, declarando su amor a las flores.


Por mi amor por los textiles, en general, y por los bordados indios, en particular, no podía faltar un Torán bordado a mano con espejos y abalorios, símbolo de bienvenida y prosperidad.

Pinté un boceto del Torán y el marco de la ventana, lo recorté y pegué sobre el anterior. Todo iba tomando forma.


Claramente quería un pájaro más bonito. Pasé varios días dibujándolo en diferentes posturas y probando varios trajes de fiesta.

Eso sí, desde el primer momento decidí que iría con una corona de flores.


Seguro que me faltaron muchas más pruebas de color, pero aún hoy la ansiedad suele ganarme la partida.

Durante el proceso de este proyecto tomé varias clases sobre teoría del color y el color en la acuarela; compré libros sobre el tema, que estoy disfrutando un montón, y seguro que en mi próximo desafío contaré con muchas más herramientas que me permitan jugar más y definir con mayor claridad lo que quiero transmitir a través del color.


Al terminarlo ya tenía una cantidad de ideas nuevas para hacer toda una serie que me llevara de viaje a los lugares que amo y también a los que deseo conocer.


Por Isabel Uribe Moya

Isel. Artemusa y Creatura

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